Néstor Benito, el arte de la guitarra de
diez cuerdas
Contados son los intérpretes del instrumento diseñado por Narciso Yepes y José Ramírez en 1963. Néstor Benito es uno de ellos y demuestra su maestría en su disco más reciente que contiene obras de su maestro Franchini, Falú así como de su autoría.
Gracias al ingenio de dos
españoles: el guitarrista Narciso Yepes y el luthier José Ramírez,
en 1963 nació la guitarra de diez cuerdas. Ahora se le conoce como
modelo Yepes en honor al músico que en los años sesenta renovó la
técnica guitarrística. Instrumento que requiere de gran maestría, no
es muy común encontrar intérpretes que se dediquen a hurgar en sus
sonoridades. En Argentina destaca Néstor Benito, quien en estos días
ha venido a México para presentar su disco Guitarra sola
(Ediciones Pentagrama, 2003), una muestra de las virtudes del
instrumento.
Benito recuerda que a partir de un concierto realizado en Berlín, en
1964, Yepes comenzó a tocar esta guitarra en público, y aunque han
pasado casi cuatro décadas todavía es un instrumento minoritario.
Aunque prácticamente es como una guitarra de seis cuerdas, advierte
en entrevista, “sus otras cuatro cuerdas están afinadas una octava
más grave que las notas más gruesas. Una diferencia en cuanto a la
composición es que se escribe, como en el piano, en dos claves: sol
y fa. El cambio fundamental es que empareja toda la sonoridad del
diapasón de la guitarra, lo cual hace que todas las notas tengan la
misma brillantez”.
El guitarrista ha tenido la intención de reunir a los músicos que han
adoptado este instrumento, pues son muy pocos en el mundo. Uno de
ellos es el mexicano Sergio Medina, que vive en Guadalajara. “En
total calculo que seremos diez u once profesionales, y después por
supuesto hay muchos aficionados, al grado que hay fábricas muy
importantes, como Zavaré y La Bella, que fabrican juegos de diez
cuerdas completos. En Argentina he tenido alumnos que empiezan en la
guitarra tradicional y terminan en la de diez cuerdas, pero no se
dedican profesionalmente a ella. En mi tierra no soy el único
intérprete; somos por lo menos cinco quienes tocamos en el ámbito
profesional”.
El artista argentino sabe de la dificultad que implica que un público
no especializado se enfrente a un disco de guitarra sola. “Trato de
cambiar un poco el público, porque antes los discos de este
instrumento normalmente se vendían a los guitarristas, que los
consumían para escuchar las obras y estudiarlas (como hemos hecho
todos). Pero hay el público general que también gusta de la música
para guitarra, así que comencé a elaborar programas para mis discos
que tuvieran mucha melodía, mucha destreza, todo lo que el público
en general quiere ver y escuchar de un músico. En mis discos está
traducido parte de los programas que hago habitualmente”.
Homenaje a sus maestros
Argentina es una de las cunas más importantes en América de la
guitarra clásica, dice Néstor Benito, además de que es un
instrumento nacional. “Tiene una presencia importantísima, tanto en
el folclor del país como en el tango. Históricamente ha habido
camadas de guitarristas muy importantes; aquí mismo vive en México
uno de nuestros grandes valores, el maestro Manuel López Ramos,
quien ha hecho una escuela muy importante donde se han formado
muchísimos ejecutantes”.
Desde los cuatro años Néstor Benito tuvo lo que califica su
“despertar” por la guitarra, cuando escuchó a quien sería su
maestro, Eduardo Falú. “De ahí que Guitarra sola se haya
convertido en un homenaje a dos de los maestros que influyeron en mi
decisión de tocar. La vida quiso que me encontrara de nueva cuenta
con Falú, que para esta grabación me escribió una carta muy linda,
de la cual se extrajo un párrafo. Mi otro maestro, José Franchini,
me enseñó a tocar la guitarra desde los seis años. Con él pasé 22
años estudiando hasta que falleció; después de tantos años de
estudio surgió una amistad muy fuerte”.
Las obras contenidas en Guitarra sola tienen una fuerte
relación con el folclor argentino, y fueron escritas por Franchini y
Falú, además de tres piezas de Benito, una de ellas dedicada a
Franchini, quien a su vez escribió para su alumno la suite Las
pampas. En cuanto a sus obras, el autor comenta que
Interiores No. 2
consta de tres movimientos enlazados que representan la soledad, el
amor y las tensiones. El Homenaje a José Franchini fue
escrito en 1995 y Tinieblas, del mismo año, pertenece a una
serie de obras que intenta expresar los distintos estados de ánimo
del ser humano.
Guitarrista reconocido en el mundo entero, Benito editará en un par de
meses en una compañía estadunidense el Concierto Op. 30 No. 1 en
La Mayor, obra de Mauro Giuliani. Acompañado por la Orquesta de
Cámara Mayo de Argentina grabó también piezas de Villa-Lobos, Sor,
García Tolsa y un par de composiciones suyas. Para demostrar las
posibilidades del instrumento incluyó asimismo Consolación No. 3,
obra de Liszt originalmente escrita para piano. “Pude tocarla sin
necesidad de transcribirla, leyendo la partitura original porque la
extensión de la guitarra me alcanzó perfectamente. Su escala tan
extensa permite que tenga graves como los del piano y agudos muchos
más altos. Por ello se pueden encarar distintos tipos de
repertorios. Se utiliza mucho esta guitarra para tocar todas las
obras escritas originalmente para laúd, porque no es necesario hacer
ningún tipo de transcripción”.
Estas posibilidades sonoras, agrega, le ofrecen un terreno muy amplio
a los compositores. “Las posibilidades son ilimitadas, todo depende
la creatividad del compositor. Pero en realidad se está escribiendo
poco para guitarra y, sobre todo hablando de compositores que no
tocan el instrumento. Por otra parte, muy pocos compositores conocen
la guitarra de diez cuerdas, así que las obras originales son pocas
en todo el mundo”.
Argentina: nueva realidad
Si por mucho tiempo Buenos Aires fue una ciudad cosmopolita que
cotidianamente ofrecía conciertos de los grandes de la música, ahora
la realidad es muy distinta, explica Néstor Benito. “No estoy
trabajando directamente en Buenos Aires porque con todos los
problemas económicos no hay posibilidades de que nos paguen.
Entonces uno tiene que buscar en el exterior, que es casi el
escenario normal en el que me muevo. Por ejemplo, en septiembre me
voy a Estados Unidos, donde voy a presentar Concierto Op. 30 no.
1 en La Mayor. Vuelvo a fines de noviembre a México para hacer
un par de conciertos en Guadalajara y probablemente me presente en
la Feria Internacional del Libro de esa ciudad”.
A pesar de la situación, Benito radica en Argentina, donde da clases y
realiza la mayor parte de sus grabaciones. Considera que el cambio
político podría resultar benéfico luego de la elección de Néstor
Kirchner como presidente. “De hecho hay un cambio en el estilo de
trabajar del presidente que se ha visto reflejado en los primeros
días de su gestión; que es el tratar de solucionar rápidamente los
distintos problemas. Se mueve con su equipo a donde están los
problemas y eso es algo que no lo habíamos visto antes. Por supuesto
hay que esperar. Argentina tiene muchos problemas muy graves que no
se van a resolver de un día para el otro porque se haya cambiado el
presidente. Pero aparentemente hay un cambio de mentalidad por parte
del presidente. Conozco la trayectoria de algunas de las personas
que integran su equipo y creo que es la primera vez que en muchas
áreas de gobierno hay gente idónea y muy capaz para poder llevar
adelante la tarea para la que fue designado. Pero hay que ver cómo
se van desenvolviendo las cosas”.
Xavier Quirarte, Ciudad de México